sábado, 1 de noviembre de 2014

XIII - Gregg o sudando sueño


Seek romantic advice, but go ahead and ignore it. Never believe these assertions:"I won´t cum in your mouth"; "I am over him. Really"; "Nine inches. I have measured"; "It won´t hurt that much".


Busca consejos románticos, pero sigue palante e ignóralos. Nunca creas en estas promesas: "No me correré en tu boca”; “Ya lo olvidé, de verdad!"; "Veinte centímetros. La he medido"; "No te dolerá mucho".

Anónimo, copiado de la puerta de un váter

Queens tiene un silencio especial, una tranquilidad demasiado sospechosa para ser real... un ambiente – si te paras a pensar - que le lleva a uno en definitiva, no sin extrañeza, a que podría vivir en Valencia... cuando está solamente a veinte minutos de Manhattan.
De noche el silencio “queensiano” todavía se hace más peligroso –caminando por el parque - Manhattan se puede divisar, vista desde esta sencillez, como una masa enorme de prepotencia y ruido.
Es curioso porque siempre que tecleo Manhattan en mi ordenador, mi corrector elimina la palabra y – en su lugar- escribe Maniatan; no es casualidad...
Venga, de verdad vaya chorrada, como si un súper héroe que se respetase a si mismo pudiera vivir en Queens. ...you okay?
Es más barato, por eso Queens, y en metro no está tan mal.

Son principios de los 80 y esto es NY, vivía solo en un pequeño apartamento en Queens, exactamente en el 1215 de Astoria Boulevard. Justo al lado del metro, una de las áreas más coloreadas de Nueva York, poblada originalmente por la colonia griega, pero luego habitada por muchos nuevos residentes, sobre todo árabes y musulmanes...mujeres con abaya que caminaban respetuosamente una buena distancia atrás de sus maridos... Un pequeño apartamento y todas las ganas del mundo, no tenía mucho tiempo, se me acabaría pronto el combustible, Nueva York era carísima, sí, comerte cualquier cosa era barato, pero tomarte un café bueno, con una buena madalena, era sin embargo prohibitivo. La ciudad se despatarraba ante mí y yo procuraba sumergirme en sus entrañas como quien abre de pronto el chorro del agua sobre su cabeza. Tenía el cuerpo de J y acababa de cobrar un bolo, una cenita en Lombardi's, me apetecía pizza, mira tú por donde, y me encantaban esos manteles de cuadros rojos y blancos y esa Gioconda tan cartoon de la fachada, y la pizza era la mejor de la city, aunque hubiera que esperar media hora, me encanta ese micro universo que se produce entre la gente que está esperando mesa, esa desorientación intencionada es muy casual por lo menos. Enfrente de mí hay una pareja perfecta: él, rubio como un danés, con un cárdigan italiano y unos impecables pantalones rojos vintage; ella, muy alta, elegante, todo de Prada, el perfume americano, Giorgio de Beverly Hills me parece.


Ninguno de los dos ha cumplido los treinta y cinco, ella mira a todos lados con una mezcla de curiosidad y desubicación, el me mira directamente, sin mezclarlo más que con algún vistazo a su chica. La camarera me sienta en mi mesa, la silla de madera con el asiento de skay beige un poco verde, la camarera sienta a la pareja en la mesa que tengo detrás, están dispuestas como en un pasillo, todas a un lado, contra la pared de ladrillo visto; él se coloca espalda con espalda, no les veo, estoy tentado de sentarme en la silla vacía que tengo enfrente, me quito la chaqueta y hago un gesto un tanto forzado para rozarle siquiera ese culo, se me acelera un poco el pulso, el tacto de su pantalón es una obscenidad, ante la enorme pizza con su corteza crujiente y todas esas montañas de queso y salsa de tomate me distraigo, noto como la albahaca y el orégano rescatan aromas familiares, siento perfectamente como su mano juega con la presilla de mis jeans y como uno de sus dedos se introduce por el elástico de mis KC, a mi lado hay una especie de pequeña columna de forja pintada de plateado, parecería que dibuja sus volutas en mi rabadilla con el dorso del dedo, noto el tacto de sus uñas cuidadas, me incorporo un poco, me abandono, la pizza pierde protagonismo. Pregunto a la camarera por el baño, perfecto, el urinario es doble, toda la ansiedad emigra a mi nariz, una bofetada el olor a desinfectante, se abre la puerta que queda a mi espalda, entra alguien que no veo y se coloca tras de mí, necesito darme la vuelta para verle, tengo una erección, noto su dedo en el mismo lugar que antes, hace el mismo dibujo.

- Do not try to seduce a straight man. Unless he begs.
- No trates de seducir a un hombre heterosexual. A menos que él te lo ruegue.
- Never know, we say we like tigers in bed.
- Nunca sabes, nos gustan los tigres en la cama.

Su dedo se introduce siguiendo su camino.

- But do not maul. Few of us want scratches.
- Pero no te pases. A pocos nos gustan los zarpazos.

Nos devoramos unos instantes, le parece especial que sea español, me promete despedir a su acompañante y acabar lo que está comenzando, vuelvo a mi mesa, la pizza está medio fría, me voy comiendo lo más tierno, él regresa, intento adivinar su conversación, no oigo nada, bebo mi vino, es más bien malo pero me viene bien, pido un café, italiano, la cuenta y pago, salgo a la calle bajo los toldos color salmón, estoy en Little Italy, en medio de Spring Street esperando cómo se resuelve.

Es un guía excelente, ni rastro de la chica, caminamos hasta un piano bar, él me descubrió Marie's Crisis. Está cerca de Christopher Street y es uno de mis lugares preferidos del universo. Cada noche un pianista se pone a tocar medleys de canciones de Broadway... ¡y todo el bar se une cantando! A mí lo que me alucina es que haya tanta gente en el mundo que se sepa las letras de South Pacific. Cantamos con entusiasmo "I'm Gonna Wash that man way outta my hair". Resulta increíble.

La última copa en Cherry Groove, en una discoteca absolutamente imposible que probablemente fuera la discoteca gay más antigua del estado de New York, está lejos, en el taxi hemos explorado nuestra excitación y por lo que puedo comprobar de primera mano es enorme; está un poco lejos, las copas en vasos gigantes, y está abarrotado de esas drags tan de comic que combinan con una maestría insuperable el kitch con el glamour pincelado de caribe, tenemos luz propia, cuando bailamos la gente deja a nuestro alrededor un halo vacío de respetuosa admiración, nos metemos mano y nos besamos ante el alborozo general, hace un calor insoportable. Estamos horas sumergidos en esta intimidad tan multitudinaria.

Otro taxi a TriBeCa, el triángulo sur de la calle Canal, ya es de día, su casa aparece resplandeciente cuando bajo del taxi, todo el color de su fachada preludia la celebración que se aproxima.


Hay algo de mi tierra en esto, subimos con la urgencia de la primera vez las escaleras, nos arrancamos la ropa nada más cruzar la puerta, nos revolcamos hasta la cama, hay un paraguas plateado un poco circense y unos guantes de boxeador sobre ella, en un segundo veinte combinaciones se arremolinan entre mis fantasías con un paraguas de plata y un par de guantes, los apartamos junto con las sábanas, nos zambullimos el uno en el otro, paladeo su sabor, noto como está salado y sin embargo fresco, me deslizo desde su piel hasta el infierno, remonto sus ríos hasta desperezar el cielo, estoy follando en un charco en medio del TRiBeCa, hay momentos en que pierdo pie, le gusta jugar a ver quién puede, tiene fuerza, consigue inmovilizarme, me separa las piernas con sus rodillas, me tiene cogido por las muñecas detrás del cuello, noto sus maniobras para ponerse un preservativo, me rindo un poco, le dejo hacer, me acomete con decisión, una punzada, no se lo pongo fácil, su culo me obsesiona, me inmoviliza con más fuerza, el asunto se pone serio, sus intentonas son cada vez más contundentes, esto no estaba planeado, un instante de confusión, una ráfaga de deseo, hasta ahora en ninguno de mis lances me he visto en un extremo semejante, intento protestar, una mordaza de besos, me pongo tenso, un masaje de pequeños mordiscos en el cuello, me resigno, me rindo, me entrego, me despierto.

Estoy en mi cama de Madrid completamente bañado en sudor, soñando a gota gorda con Greeg, ¿o es que no se les puede poner nombre a los sueños?




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