El ajoblanco es una
deliciosa variante malagueña de los gazpachos andaluces. Se trata de un plato
procedente de la cocina Andalusí en la que como en tantos otros platos
heredados de los árabes, la almendra es la protagonista. Se suele acompañar de
uvas de moscatel o a veces, en una ciudad en la que más que malagueños hay
capuchineros, victorianos, trinitarios, percheleros o paleños, con trozos de
manzana o de melón, con fresas, albaricoques, y por qué no, darle un toque de
trópico y calor y acompañarla con trozos de mango... En las recetas de la
'nouvelle cuisine' el vino se añade al final en granizado como en la foto. Para
muchos tradicionalistas, el secreto está en el triturado de la almendra, a la
que, muy importante, añadiremos una amarga, en mortero de mármol con maza de
madera, hasta conseguir una leche que se irá mezclando, a golpe de maza, con
los ajos, el pan mojado y la sal, para luego emulsionarla con el aceite de
oliva y un golpe de vinagre... ni siempre, ni en todos los lugares se hace así,
pero en el sabor se nota.
Ingredientes (para 4
personas)
300 grs. de pan de miga prieta
3 dientes de ajo
150 grs. de almendra cruda pelada
1 almendra amarga
2 cucharadas (soperas) de vinagre de Jerez
Aceite de oliva
Sal
Resulta de todo punto
monstruosa la forma en que la gente va por ahí hoy en día criticándote a tus
espaldas por cosas que son absolutamente y completamente ciertas. Oscar Wilde
Cuando
el ciberespacio no era acaso sino un delirio de ciencia ficción, del que por mi
parte no tengo constancia, había una forma que ahora se antojaría primitiva de
establecer relaciones, la sección de contactos de las revistas, y entre todas
las que ofrecían este servicio había una muy especial, Party, que tenía un
subtítulo que decía: la revista del mundo del espectáculo. En sus páginas
aparecían mujeres desnudas, pero fue más una estrategia de cara a la censura
todavía existente, que un reclamo para aumentar sus ventas. El desnudo femenino
estaba mejor aceptado por los antiguos miembros del régimen franquista que el
masculino. Hay que recordar que en aquella España por el simple hecho de ser
homosexual todavía te aplicaban la “Ley de Peligrosidad Social” y podías ir de
patitas a la cárcel varios meses.
En las páginas interiores de Party, llamaba poderosamente la atención su poster central, siempre dedicado a un hombre desnudo, en muchos casos el modelo era un actor o cantante famoso.
En las páginas interiores de Party, llamaba poderosamente la atención su poster central, siempre dedicado a un hombre desnudo, en muchos casos el modelo era un actor o cantante famoso.
La revista Party fue una ''provocación'' para las buenas costumbres del momento. Era impensable, para las mentes que gobernaban, que varones y transexuales aparecieran desnudos en una publicación que se podía comprar en los kioscos españoles. Pero el caso es que así era, y aunque, ni mucho menos, la tuvieran en todos los despachos de prensa, si te armabas de valor y sabías sobrellevar la cara de ''Jesús, Jesús'' de la kiosquera, era relativamente fácil conseguirla, eso sí, ni se te ocurría mostrar su portada ni mucho menos abrirla hasta que estabas a buen recaudo, pues bien esta revista tenía una sección de contactos a la que, supongo que más por curiosidad que por otra cosa, se me ocurrió, ya entonces me fatigaban las etiquetas, publicar un anuncio con el siguiente texto "tengas plumas o pelos, seas joven o sexagenario, si piensas que la vida merece la pena, escríbeme. Por si te sirve de algo yo tengo 20 años, mido 1'92 y mi único límite es la libertad" . Bendita inocencia.
Como podéis suponer me
llegaron a casa sacos de cartas, la mayoría de escaso buen gusto, algunas
tiernas, o excitantes, con toda clase de propuestas, ante la alarma justificada
de mi madre que las descubrió un día en el altillo del armario. Conocí a
algunos, pocos, uno o dos amantes, uno o dos amigos, y uno de ellos desde
Málaga, que me propone, dada mi disposición y mi altura, trabajar en una
discoteca nueva, de ambiente, con los gastos a su cargo, ese verano,
descartadas otras intenciones que las laborales, tal y como habíamos quedado,
viajo hasta esa ciudad que apenas conocía, como quien se va a conquistar las
américas.
.
Málaga, desde el principio,
me pareció una ciudad hermosa, la discoteca, en la Malagueta, a dos pasos de la
plaza de toros, al este, un espanto de espejos y locazas, la casa donde me
había de quedar no estaba mal, también en la misma zona, a compartir con Rafael
y Santiago, que eran pareja y que me recibieron con una hospitalidad muy
generosa.
A primera vista no tenían nada que ver, el primero rubito, más bien menudo, suave, andaluz por los cuatro costados, pintaba casas blancas de cal con puertas azules, sus dibujos lo llenaban todo, era uno de los camareros; el segundo por su parte era gallego, uno de los dos socios que había arriesgado hasta el último céntimo en el negocio, grandote sin estar gordo, con un bigotazo negro, bastante amable conmigo pero serio, sin aspavientos.
Rafael enseguida se hizo mi ''hermana'' como él decía, y se le puso por montera buscarme pareja, se lo tomó como una misión del cielo, no desaprovechaba oportunidad, cada vez que tenía noticia de que aparecía un chico nuevo me lo ponía a tiro como fuera. Todo inútil, nací con una especie de imposibilidad natural a los afectos impuestos, y todo su elenco de cenacheros caía, uno tras otro, en saco roto, ante su desespero.
Rafael estaba absolutamente enamorado de su novio, pero su novio con él era un auténtico déspota, le ponía en evidencia a la menor oportunidad, le gritaba por cualquier nimiedad, le afeaba sus modos y sus modas, que si vestía de pena, que si llevaba un zapato en la boca que le impedía pronunciar todas las letras, el pobre lo hacía todo mal a sus ojos, trabajaba mal, limpiaba mal, cocinaba de pena... En fin, una lástima, porque la criatura trabajaba como dos en la discoteca, era el alma de la fiesta, además era el que se encargaba de la casa, pero el otro había entrado en una dinámica tristísima y hacía de mi ''hermana'' el blanco de todos sus venablos.
Llego a casa y un olor a jazmín, dulce y espeso me recibe, siempre lo asociaré con las tardes del verano de Málaga, Rafael está tendiendo la ropa mientras llora como una magdalena, cuando me siente intenta disimular, le he visto, tiene los ojos rojos en su cara de niño rubio, - ese bruto te ha hecho llorar otra vez, mira que es animal, yo no sé cómo no le pones freno, lo pasas fatal - intenta sonreír, me mira con agradecimiento, le cojo de una mano, con cariño, no sé qué puedo hacer para ayudarle, - déjalo niño, no tiene remedio - intento cambiar de tercio, - oye que bien huele a jazmín, como me gusta - se queda pensativo - es una biznaga que he comprado, mira Lou, como mi corazón, es una biznaga, debajo del perfume esta cuajaíto de espinas.
La biznaga no es una flor
natural nacida así de una planta. Es una composición hecha con jazmines
ensartados uno a uno en un armazón (este sí es de una planta natural) que tiene
muchos pinchos. En cada uno de esos pinchos se introduce un jazmín. Este es un
trabajo que se hace en las tardes de verano. Los jazmines se recogen cuando aún
están cerrados para que sea más fácil rellenar el armazón de la biznaga. Y al
caer la tarde los jazmines se van abriendo y el conjunto va tomando la forma de
una bola con un olor impresionante.
.
Del segundo viernes de
agosto hasta el domingo de la semana siguiente se celebra la Feria de Agosto,
evento que conmemora la entrada de los Reyes Católicos en la ciudad el 19 de
Agosto de 1.487. Es la gran fiesta del verano empezando y acabando con fuegos
artificiales, trajes de flamenca, enganches y caballos, auténticos caballos
andaluces, uno de los animales más bellos que existen. La feria de día se
celebra en el centro histórico de la ciudad, y con tanto Fino y Cartojal, y
tanta risa, imaginaros yo de corto intentando bailar malagueñas y verdiales,
con la misma gracia que un elefante en una cacharrería, cuando se nos hace de
noche y nos vamos al Real, en el Cortijo de Torres, a las afueras de la ciudad,
donde, además de las atracciones están las casetas (que a diferencia de otras
ciudades son de entrada libre) ya vamos como una moto, hay una caseta como más
de ambiente, y con la risa y el subidón del vino, unas carantoñas por aquí y
unas bromas acabamos besándonos ante el escándalo de los espectadores, la
mayoría los conoce a los dos, en nuestro estado nos importa un pito, aunque lo
cierto es que no pasamos a mayores.
Regresamos a casa sin conciencia de habernos excedido, al fin y al cabo han sido solo unos besos, cada cual a su cama y aquí no ha pasado nada, que el cariño nunca es malo.
Qué le vamos a hacer, nuestra travesura, por lo visto ha sido un escándalo, al día siguiente, cuando llegamos al trabajo, todo son miradas suspicaces y emponzoñados comentarios, hacemos como que no va con nosotros y disimulamos lo mejor que podemos, si es que no ha sido para tanto, hay que ver como es la gente a la hora de disculpar las salidas de tiesto ajenas. Santiago por su parte no parece informado, o por lo menos conmigo es igual de amable que siempre, mejor, a ver cuánto dura. Sin embargo cuando acabamos, en vez de ir a casa, como casi siempre, y aprovechando que es sábado decidimos acercarnos a Torremolinos en aquel 124 destartalado y blanco, pasamos una noche muy divertida, esta vez sin mayores aproximaciones, Rafael sigue en su papel de Celestina, y me viene con un machucambo de la mano, un percherón morenazo y prieto como un toro bravo, demasiada testosterona para mi gusto, declino la oferta como es mi costumbre, mi ''hermana'' asombrado:
- No me lo puedo creer
picha, si está como dios, a mí me encanta -
Se le nota en la cara, el chicazo le encanta
- Pues para ti, que a mí la carne tan magra me da pereza, ¿cómo es que se llama?
- José Pablo
- José Pablo, criatura, ¿no te gusta mi amiga?
- No me gusta, me encanta
- Ale, alma mía, rendido lo tienes
Así que yo, cuando cierran todo, me voy al coche mientras a Rafael el chulazo le hace un arreglo de bajos, viene exultante, feliz, se los ha arreglado.
- Jesús bendito, verás tú ahora cuando lleguemos.
- Pues nada, no hace falta dar detalles, hemos estado bailando.
- Ay nene, menos mal que estás tú, que yo solo ni soñando me habría comido un yogur como ese.
Se le nota en la cara, el chicazo le encanta
- Pues para ti, que a mí la carne tan magra me da pereza, ¿cómo es que se llama?
- José Pablo
- José Pablo, criatura, ¿no te gusta mi amiga?
- No me gusta, me encanta
- Ale, alma mía, rendido lo tienes
Así que yo, cuando cierran todo, me voy al coche mientras a Rafael el chulazo le hace un arreglo de bajos, viene exultante, feliz, se los ha arreglado.
- Jesús bendito, verás tú ahora cuando lleguemos.
- Pues nada, no hace falta dar detalles, hemos estado bailando.
- Ay nene, menos mal que estás tú, que yo solo ni soñando me habría comido un yogur como ese.
Se pasa todo el viaje cantando, "Ay rosa, Málaga bella, biznaga de mi canción, por qué quisiste volver, por qué quisiste volver si el amor te abandonoooó...''
.
Silencio total, Santiago
si está, está durmiendo, así que cada uno a su cama, estoy atento, no hay
drama, de momento, me duermo, estoy rendido.
El día siguiente parece que transcurre con normalidad, les veo poco, cada uno a sus cosas, Santiago sale a la calle varias veces, Rafael pinta, hace sus limpiezas y sus órdenes, y prepara la cena, ajoblanco, lo oigo con el mortero, sugerirle la turmix es poco menos que un sacrilegio, le lleva media hora por lo menos.
El día siguiente parece que transcurre con normalidad, les veo poco, cada uno a sus cosas, Santiago sale a la calle varias veces, Rafael pinta, hace sus limpiezas y sus órdenes, y prepara la cena, ajoblanco, lo oigo con el mortero, sugerirle la turmix es poco menos que un sacrilegio, le lleva media hora por lo menos.
- Que curro, de verdad, tienes un cuajo...
- A ver si acierto, que a Santi es lo que más le gusta, y esto no me va a decir que está quemao.
Risas
Le ayudo y preparo unas patatas para el horno, ponemos la mesa, llega Santiago, se sienta a mesa puesta.
Con la primera cucharada llega la tormenta.
- Vaya mierda de ajoblanco, y eso que eres del Rincón de la Victoria, que si llegas a ser de Vigo.
- Tengamos la fiesta en paz, ¿qué le pasa al ajoblanco?
- Pues que no tiene gracia, inútil, ¿a que no le has puesto una almendra amarga?
- No, no se la he puesto.
- Despídete de tu amigo, mañana acaba en la discoteca.
- ¿Y eso?
- ¿Os creéis que me caído de un guindo? se acabó la fiesta. Así que mañana le pago y se va
Yo ni mu, por si las brevas.
- ¿sabes lo que te digo?
se levanta Rafael como una tromba, coge el puchero de gazpacho y lo tira por el fregadero, sin que nos dé tiempo a reaccionar.
- Que hasta aquí hemos llegado, que yo también me voy, que si es por eso, demasiadas almendras amargas llevamos puestas.
Así que al día siguiente,
o a los dos días, estábamos los dos trabajando en Torremolinos, para la
competencia.
Nos vemos de cuando en cuando, encontró un bruto amable, como a él le gustan, y me dice que se come todo lo que le pone, se lo merece.
Nos vemos de cuando en cuando, encontró un bruto amable, como a él le gustan, y me dice que se come todo lo que le pone, se lo merece.
Me
parece tan refrescante Ciudad Jardín, es tan incomprensible para mí que no
ocupe el lugar que le corresponde en la ''movida'' junto a Golpes Bajos y Nacha
Pop, es como si Marvin Gaye hubiera nacido en Madrid y se hubiera quedado
pillado con Dalí, este tema que acompaña tan bien lo que quiero contar es de lo
mejorcito de mi discoteca particular
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