Nuestra naturaleza ya no es arroyo claró, ni fuente
serená con pastorcillo y ninfa, nuestra naturaleza, la víscera que nos conforma
y da nacimiento, es la ciudad. Pasó la naturaleza verdulera, monopolio vegetal
para alpinistas, sus restos flotan por el cemento, esparcidos por el naufragio
de Europa. En realidad habría que decir: "nuestra Naturaleza es la Ciudad", pero eso no se puede decir,
sólo se puede escribir, en tanto no inventemos un acento que nos permita oír
las mayúsculas.
Félix de Azúa - El aprendizaje de la decepción.
Recuerdo cuando el Meliá Castilla era el no va más de la sofisticación hotelera madrileña, hoy llego después de tanto tiempo y me parece absurdamente folk y casi cutre, paso la enorme recepción, que parece un stand de "El Corte Inglés" y llego al salón donde nos han convocado, una empresa de estudios de mercado hace un estudio sobre la percepción de la música de los 80 para una cadena de fm especializada, y quién sabe por qué vericuetos han acabado con mis datos y una simpática y empalagosa argentina me ha convencido junto con un sustancioso cheque-regalo para, que con otras 99 personas que rondaban también los veinte por aquellos años, me someta a escuchar 600, sí, 600 fragmentos de sendos temas de esa década multicolor y los califique conforme a un estadillo.
Tomamos asiento en una de esas sillas con brazo para escribir y reparten las
hojas de los estadillos, enfrente, un estrado con un equipo de música
desproporcionado, dos señoras que parecen dirigir el cotarro y un dj que en los
80 no había nacido, nos dan un lápiz y una goma, nos explican cómo se
desarrolla la prueba, nos piden que seamos tan amables de apagar los móviles y
comienza la cosa. No es tan terrible, 20 segundos de temas archiconocidos, y
mientras vamos calificando. Algunas risas, las plantas del salón le dan una
solemnidad completamente out, algunas canciones eran horteras ya en su época.
10, 20, 50, 100, 300... y hacen un recreo para que meemos más que nada y nos
ofrecen unas cervezas, unos canapés y unos cafés todo muy de "Hespen &Suárez".
Cola en el baño, bueno, algunos cuarentones no están mal y la cosa de la cola
de los urinarios y los gestos que hacen para mostrar y ocultar siempre me
divirtieron, cuando salgo, desespero del montón de gente delante de las coca
colas y para ver si se despeja conecto el móvil a ver quién me ha llamado si lo
ha hecho alguien. Una llamada de Paquita, ¿Que huevos habrá hecho la Pepa esta
vez? Llamo, las coca colas siguen inabordables.
-¿Paquita? Soy yo, tengo una llamada perdida tuya.
- Hola ¿estás bien? Tu amigo Jose falleció anoche
- ¿Cómo? Vale, vale, luego te llamo, lo siento, luego te llamo.
Me quedo completamente fuera de órbita, cojo mi coca
cola, me siento como un autómata en mi sillaconbrazodemesa y empieza: 301... Es
"Rivers of Babylon" de Boney M.
Le encantaba.
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